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Nuestro Entrañable Cine Argentino – La Columna de Mónica Incorvaia

Pasión de multitudes…

por Mónica Silvia Incorvaia (*)

Siendo el cine reflejo de la sociedad de su momento o referente de un período de la historia de su país, en nuestro escenario el fútbol no podía estar ausente. Como complemento de un relato, eje de una problemática social, o a modo de divertimento, muchas de las películas tomaron este tema y lo desarrollaron en función de sus propuestas. 

En 1933, se estrena la segunda película sonora (si bien hay disparidad de criterios en si no fue la primera) Los tres berretines, donde se plantean las tres pasiones que conmovían a los argentinos: el fútbol, el tango y el cine. Y si bien cada uno de ellos están desarrollados a la par, se toma el fútbol por ser la primera vez que la pantalla trató el tema. El jugador fue interpretado por un profesional, Miguel Ángel Lauri quien se desempeñaba en ese momento en el Club Estudiantes de la Plata. A su vez, las escenas donde aparecen secuencias de partidos fueron tomadas de auténticos enfrentamientos deportivos.  

Hacia 1937, Luis Sandrini, ya reconocido por sus apariciones en las primeras películas “habladas”, protagoniza El cañonero de Giles, donde viste la camiseta (en esa época camisa) del club River Plate personificando a un jugador convertido en estrella debido a su gran destreza incentivada al escuchar el ladrido de un perro. El título alude al crack Bernabé Ferreira, perteneciente a ese club y a quien se apodaba El mortero de Rufino. En tono de comedia, si bien la película no contó con una crítica muy loable, el tema tratado fue el gancho para su difusión. Sin embargo, Sandrini insistió con el tema en películas tales como Fantoche (1957) y La fiesta de todos (1979), entre otros films.

En 1948, con la dirección de Leopoldo Torres Ríos y el protagonismo de Armando Bo, Pelota de trapo tuvo una buena recepción ya que la película contiene los elementos inherentes al momento histórico que se vivía, un niño de humilde origen llega a convertirse en ídolo pero debe retirarse por padecer un problema cardíaco. Emoción y tristeza, los componentes infaltables para la época. 

El mismo director filma al año siguiente Con los mismos colores, aprovechando el éxito de la película anterior, acompañado por el guion de Ricardo Lorenzo (Borocotó). En este caso el recurso para lograr el “gancho” deseado fue convocar a tres estrellas del fútbol de ese momento: Alfredo Di Stéfano, Norberto “Tucho” Méndez y Mario Boyé. Un modo de conjugar el deporte con una simple historia barrial. 

Afiche promocional del film “Con los mismos Colores”

No podía faltar el homenaje a quien introdujo el fútbol en la Argentina, por lo que en 1950, se presenta Escuela de Campeones, película dirigida por Ralph Pappier evocando la figura de Alejandro Watson Hutton, artífice de traer este deporte y da vida al primer equipo nacional, el Alumni. Para muchos la mejor actuación de George Rigaud, personificando a su creador. 

El hincha (1951) constituye para la parcialidad de Boca la película que más representa a los fanáticos del club de la Rivera donde Discépolo, confeso simpatizante, representa al auténtico fanático que apoya a su amigo para que se convierta en ídolo. Este extraordinario escritor, director y autor siempre se adjudicó la mención de ser él el jugador Nº 12, como testimonio de su pasión por el club de sus amores. 

Como continuación de algún modo de Pelota de trapo, el mismo equipo técnico y actoral filman en 1953 El hijo del crack, con la incorporación del niño Oscar Rovito –estrella radial de la serie Tarzán que fuera un éxito incuestionable-. Quizá más dramática aun que la anterior, el relato se basa en la relación de un hijo con su padre con severos problemas físicos. (¿Acaso una búsqueda de emulación de De Sica en Ladrón de bicicletas de 1948?)

Tomada de una historia real, El cura Lorenzo (1954) evoca la figura del sacerdote que inspiró la creación del club San Lorenzo de Almagro. Si bien la historia puede estar idealizada, es innegable la labor desarrollada por el padre Lorenzo Mazza, quien hacia 1908, conoció a un grupo de muchachos del barrio que se autodenominaban Los forzosos de Almagro. Frente a los inconvenientes de jugar en la calle, les propuso hacerlo dentro del Oratorio de San Antonio. Este acontecimiento sería la etapa previa de la fundación del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.

En 1960, otra mirada dramática se incorpora a este tipo de películas con El crack, primera película de José Martínez Suárez, donde se pone en evidencia la trama del negocio del fútbol. Su intérprete fue un jugador chileno, Osvaldo Castro, de gran trascendencia en su país. Conformada por un importante elenco y con música de Astor Piazzola, la película juega con los “mitos” e ilusiones que se forman alrededor de este deporte.  

Fotograma extraído del film “El Crak”. Primero en la hinchada el actor Marcos Zucker

Siguiendo la línea de títulos anteriores, Armando Bo juntamente con el periodista deportivo Borocotó, filma en 1963 Pelota de cuero (Historia de una pasión). En este caso refiere al ocaso de un futbolista perteneciente a Boca Juniors que no concibe otra vida si no está ligada al club del cual es fanático. 

Si bien no entró en el círculo comercial, Pasión Dominguera (1970) narra, como su nombre lo indica, el amor incondicional hacia el fútbol pese a todo. Esta película contó con un nutrido elenco compuesto por las estrellas más reconocidas de la época, tanto en el ámbito actoral como en el deporte y en la música. 

Imposible no mencionar la película galardonada con el segundo Oscar que Argentina recibió, El secreto de sus ojos (2009), que si bien no refiere al tema de forma directa, la estupenda actuación de Guillermo Francella más la escena en la cancha supuestamente de Racing (pero que se filmó en el la del Club Huracán), pone en evidencia parte de la trama de un film de culto para el cine argentino. 

El tipo puede cambiar de todo, de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios… pero hay algo que el hombre no puede cambiar, no puede cambiar de pasión…. Contundente frase que Sandoval (Francella) le dice a Expósito (Darín), la cual dicha de otra manera se le atribuye a un escritor de la talla de Eduardo Galeano pero que algunos memoriosos consideran que la utilizaba Bernardino Veiga, fanático comentarista deportivo en la campaña del club Boca Juniors de los años sesenta,  cuando manifestaba que un hombre podía cambiar de mujer y de signo político, pero no de camiseta.   

Por supuesto que la lista es mucho más extensa, y fue creciendo con transcurso de los años, aquí sólo ha quedado esbozada una parte de esta pasión que pese a todo, sigue concitando sueños, amores … y multitudes sufrientes, fanáticas y que sueñan con el triunfo (a veces negado) del club al que aman incondicionalmente.


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 (*) Mónica S. Incorvaia es docente universitaria, profesora titular en la Diplomatura de Fotografía Documental (UBA-FFyL) que se dicta a su vez en el Instituto La Lumière, cómo también del curso On Line de Historia del Cine Argentino de La Lumiére y en la Universidad de Palermo en el área audiovisual.  

 

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DE LA DOCTA A MENDOZA

* Por Josefina Rojas, Lic. en Cine y TV, profesora de Fotografía y Directora Académica de La Lumière Escuela

¿Qué piensan qué es la fotografía documental? pregunta Andrea y el aula se llena de exclamaciones. Andrea Chame es la directora de la Diplomatura e inaugura las clases con su seminario Investigación e Historia de la fotografía documental.
Comienza la quinta edición de la Diplomatura en Investigación y Conservación Fotográfica Documental sede Córdoba. El entusiasmo es palpable. Comienza otro año de experiencias, aprendizajes, debates y muchas imágenes. Los fotolibros de los egresados 2018 brillan sobre las mesas. Son el resultado de un trabajo grupal elaborado durante los cinco seminarios que componen la Diplomatura. Las fotos que allí se encuentran relatan historias de Córdoba nocturna, las instituciones de encierro, el trabajo de los cortaderos de ladrillos en el Interior de la Provincia, las tomas en barrios de inmigrantes.

Portada de Fotolibro realizada por alumnos de La Diplomatura

La fotografía documental recupera la visión de los fotografiados más que la nuestra propia.” dice Andrea.
D hace diez años que viaja por el mundo y decidió que era momento de planificar el registro fotográfico para su próximo destino. “Cuántas veces hicimos fotos en un viaje y por no tener un guión fotográfico no tenemos un relato. Esto a todos nos pasa a todos” dice Andrea. Muchos asienten. “¿Cómo podemos convertir ese registro en un reportaje?” propone, para regocijo de sus estudiantes.
La Diplomatura convoca a personas de distintos países y ciudades, con intereses e intensiones variadas. S vino a vivir a Córdoba para cursar la Diplomatura. Viene de Ecuador y no sabe quién es ese tal Cabezas, que tanto repite la profesora de Conservación e Historia de los procesos fotográficos. Mónica Incorvaia es Magister en Cultura Argentina y nos deslumbra con su conocimiento, entre anécdotas curiosas y datos históricos.
Todavía quedará discutir acerca del tratamiento estético de la imagen en la fotografía documental, para potenciar el mensaje que se quiere transmitir. ¿Hay un límite? De eso se encargará Viviana Suárez, especialista en semiótica visual. Ya habrá tiempo para la evaluación y selección de la producción fotográfica realizada, a cargo de Tomás Niro Chame, fotógrafo y docente, con quien encontrarán el diálogo perfecto entre las fotografías. Y vendrán las prácticas de conservación y guarda para la preservación de las fotografías, de la mano de una especialista: Vivian Spoliansky, Master en Administración de la Preservación y encargada de diversos proyectos de planificación y preservación en bibliotecas y museos. Pero para esto falta.
Mientras tanto, en Agosto inauguraremos la Sede Mendoza de la Diplomatura. La gran demanda que recibimos por esta capacitación, única en el país y de gran calidad por sus contenidos y docentes, nos impulsó a gestionar este viaje que dejará huellas en quienes participen de ella. “La diplomatura es un espacio vivo que se mantiene por la acción de los que participan en ella, aún después de terminar las clases” dice Andrea al finalizar.

La Diplomatura en Investigación y Conservación fotográfica documental se crea en 2013 con la intensión de contribuir al desarrollo de la investigación en el ámbito de las ciencias sociales, donde la cámara fotográfica se convierte en una herramienta de registro, comunicación, difusión, narración del investigador/a. A su vez brinda una formación especializada en historia de los procesos fotográficos y conservación de material fotográfico, entendiendo a las fotografías como patrimonio cultural de una sociedad y relato de un determinado momento histórico y por lo tanto sujetas a cuidado y preservación.
A través de un convenio firmado con la universidad de Buenos Aires, La Lumière tiene la satisfacción de difundir y gestionar el dictado de esta formación académica en Córdoba desde hace 5 años con una gran demanda de interesados y más de cien egresados, lo cual nos convierte en la única institución del interior del país en ofrecer esta Diplomatura.
Por primera vez, La Lumière organiza el dictado de la Diplomatura en la ciudad de Mendoza, lo cual significa una ampliación de la oferta educativa en el Interior y la posibilidad de satisfacer la gran demanda que existe entre profesionales e interesados en general sobre esta temática.

Si realmente esta propuesta te interesa podes ingresar al siguiente link para informarte más sobre la Diplomatura en la ciudad de Mendoza que se estará abriendo en Agosto de este 2019. También desde ahí te podés contactar con nosotros. Link: DiploMendoza