Nuestro Entrañable Cine Argentino – La Columna de Mónica Incorvaia

Los Héroes de la Patria

Escrito por Mónica Silvia Incorvaia (*)

Las películas “patrias” o que evocan a personajes de la historia argentina, también tuvieron su espacio en este mundo cinematográfico. A veces por intereses políticos, otras por cuestiones sociales, lo cierto es que si bien a veces estas realizaciones tuvieron un carácter “selectivo”, muchos de estos personajes quedaron plasmados en el celuloide. 

En 1941, se filma El Cura Gaucho, contando a Enrique Muiño como su intérprete, evocando la figura del padre Gabriel Brochero, que si bien para la época no tenía la difusión que hoy posee, constituye un documento por demás interesante de la vida de este hombre que tanto hizo por la gente de su provincia. 

Afiche promocional del film “La Guerra Gaucha” del gran director Lucas Demare

El film que marca esta temática es sin duda La Guerra Gaucha, realizada en 1942 y que se encuentra dentro de las películas más taquilleras y famosas de nuestra cinematografía. Con gran despliegue visual para la época, relata la lucha del pueblo de Salta contra los realistas, mezclada con una historia de amor que va más allá de los ideales patrióticos. 

En 1944, Enrique Muiño –el mejor Sarmiento de todas las épocas-, protagoniza Su Mejor Alumno, donde se narra la vida de quien fuera presidente de la nación, tomando como eje argumental “La vida de Dominguito” que escribiera el propio Sarmiento. Con una ambientación acorde, se inscribe en el escenario de las películas más destacadas de nuestro acervo fílmico. En la misma se muestra la Batalla de Curupaytí ocurrida durante la Guerra de la Triple Alianza donde Dominguito, a raíz de una herida sufrida en el conflicto, muere. 

Facundo, el Tigre de los Llanos, fue realizada en 1952 protagonizada por Francisco Martínez Allende, quien evoca al caudillo riojano. Fue la única película que dirigió Miguel P. Tato, considerado el máximo censor del cine argentino. El argumento se basó en un guion realizado por Carlos Borcosque y Leopoldo Torre Nilsson. 

Hacia 1965 se lleva a la pantalla Esquiú, una luz en el sendero, que narra la vida de Fray Mamerto Esquiú, a través de un relato que fue realizado al momento en que se proponía su canonización. La película no tuvo mucha repercusión, si bien contó con la dirección de Ralph Pappier y el guion realizado por Ulises Petit de Murat y Carlos Pérez Cánepa. Quien protagonizó al sacerdote fue el actor Hugo Mugica. 

En los años setenta, Alfredo Alcón descolló por la realización de personajes muy caros para la historia y la narrativa nacional. En 1970 filmó El santo de la espada, personificando a José de San Martín y haciendo que esta película fuera incluida en la cinemateca escolar de los colegios argentinos. 

1971 fue un año particularmente “patriótico”, ya que el 7 de abril nuevamente Alcón personificó al más reconocido gaucho salteño a través de la película Güemes, la tierra en armas. Quizá lo que más destaca de esta película, dirigida por Torre Nilsson, la confluencia de guionistas que tuvo. Además del propio Nilsson contó con  la participación de Ulyses Petit de Murat, Luis Pico Estrada y Beatriz Guido. 

El 5 mayo, se da a conocer Argentino hasta la muerte, una de las pocas películas que trató el tema de la Guerra de la Triple Alianza, conflicto conocido como “la gran tragedia sudamericana”, ya que narra el enfrentamiento entre Argentina, Brasil y Uruguay contra el Paraguay. El film sirvió para el destaque de un cantor folklórico de la época, autor de la musicalización del poema de Guido Spano que da el título correspondiente, Roberto Rimoldi Fraga. 

El 20 de mayo, Ignacio Quirós iza la bandera argentina, encarnando a Manuel Belgrano en Bajo el signo de la patria. En este caso, la película se centra desde que el personaje se hace cargo del ejército del Norte hasta su triunfo en Salta. 

El actor Rodolfo Bebán personificando a Juan Manuel de Rosas, en el año 1972

Juan Manuel de Rosas, estrenada en 1972, fue personificado por Rodolfo Bebán,cuyo parecido resulta muy interesante, más allá de las cualidades artísticas de este galán que hizo suspirar a más de una durante los años 60, 70 y 80.

Dos décadas después, Nicolás Sarquís, da a conocer Facundo, la Sombra del Tigre, un viejo proyecto de su director que se demoró en su estreno, entre otras cosas por la complejidad de su realización y la extensión del film, 207 minutos. Esta vez fue Lito Cruz quien se encargó de dar vida al personaje. 

Es importante aclarar que la pantalla argentina dio lugar a las heroínas, cuyas historias merecen un espacio aparte, razón por la cual no son incluidas en este relato. 

De este modo, admirados o cuestionados, no cabe duda de la trascendencia que estas personas tuvieron en la historia argentina, que como siempre es ella la encargada de juzgarlos…

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 (*) Mónica S. Incorvaia es docente universitaria, profesora titular en la Capacitación  de Fotografía Documental (UBA-FFyL) que se dicta a su vez en el Instituto La Lumière, cómo también del curso On Line de Historia del Cine Argentino de La Lumiére y en la Universidad de Palermo en el área audiovisual.  

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