Nuestro Entrañable Cine Argentino – La Columna de Mónica Incorvaia

Tierra de llegada – Nota América

por Mónica Silvia Incorvaia (*)

 

El continente americano ha sido un espacio donde varias figuras de diversos países también recalaron en Argentina, por tratarse de ser este país un centro muy importante de la industria cinematográfica, especialmente a mediados del siglo XX. 

Al igual de lo que pasó con el continente europeo, algunos se quedaron y otros siguieron su derrotero artístico. En este espacio también se hará una división por los países que más aporte estelar realizaron. Si bien debemos destacar que los hubo provenientes de otras naciones que también brindaron a través de sus figuras su gracia y simpatía.  

Brasil 

Un galán que transitó por estas regiones fue Jardel Filho (1927-1983) que supo alternar su carrera entre su país de origen, España y Argentina. Más reconocido como galán de telenovela, protagonizó acá algunas películas tales como Tercer Mundo (producida en 1961 pero estrenada en 1973) donde tanto él como José María Langlais encarnaron a sendos sacerdotes en las favelas brasileñas, Plaza Huincul (1960) y Buscando a Mónica (1962) en una coproducción esta última argentina-española junto a Carmen Sevilla, si bien no encarnó el protagónico, que le correspondió a Alberto de Mendoza. 

Cuba

 Y si de curvas y rumbas se trata, no podemos menos que nombrar a mujeres que deleitaron especialmente al público masculino con su picardía y su sensualidad. 

Blanquita Amaro (1928-2003), conocida como “la reina del mambo”, recaló en Buenos Aires hacia fines de los años 40, empezando a actuar en la revista y destacándose posteriormente en el cine con películas tales como Cuidado con las imitaciones (1948), A la Habana me voy y Locuras, tiros y mambo (ambas de 1951), Mi viudo yo (1954). 

En 1968 se radicó en los Estados Unidos, donde siguió actuando en shows televisivos con mucho éxito. Si bien volvió a la Argentina en forma esporádica, sentó sus bases en el país del norte hasta su fallecimiento. 

Amelita Vargas (1925-2019)

Argentina por adopción Amelita Vargas (1925-2019) eligió este país para su residencia definitiva. Arribó a Buenos Aires hacia 1947 y actuó en teatro de revistas, cine y televisión, alternativamente. Entre las comedias que la contó como protagonista, algunas junto a Alfredo Barbieri, se destacan Novio, marido y amante (1948), El fantasma de la opereta (1955) y Cleopatra era cándida (1964). 

Chile 

Haciendo uso de una imagen seductora y de una voz sensual, Hilda Sour (1915-2003) encarnó a la mala de las películas donde una recatada Sabina Olmos sufría por amor en Divorcio en Montevideo (1939) y Casamiento en Buenos Aires (1940) y gozó humillando a Mecha Ortiz en Mujeres que trabajan (1939). Y si bien actuó en una docena de películas más en nuestro medio, son éstas quizá las que más la recuerdan. 

El nombre de Horacio Peterson (1922- 2002) no es muy conocido por estos lares, pero dejó su estigma en dos películas que lo destacan Con el diablo en el cuerpo (1947) y La muerte camina en la lluvia (1948), donde encarnó al joven periodista enamorado de la bella Olga Zubarry. 

Si bien no desarrolló una amplia carrera en Argentina Emilio Gaete (1913-2009) filmó unas 10 películas además de actuaciones en teatro y en televisión. La película donde más se lo recuerda es La pícara soñadora (1956) como padre de Alfredo Alcón e hijo de Amalia Sánchez Ariño. También se puede nombrar Cabo de Hornos (1957) y Largo Viaje (1967), entre otros. 

Uno de los artistas chilenos más destacados es, sin duda, Lautaro Murúa (1926-1995). Fue actor y director de cine y teatro. Sus películas se caracterizan por fuertes contenidos sociales o situaciones de alto voltaje dramático. Su extensa actividad en Argentina hace muy complejo poder efectuar una selección adecuada de trabajo. A modo de homenaje mencionamos Concierto para una lágrima (1955), Fin de fiesta (1960), Argentino hasta la muerte (1971), Pobre mariposa (1986), Yo, la peor de todas (1990). 

Lautaro Murúa (1926-1995)

Dirigió películas tales como Shunko (1962), Un guapo del 900 (1971) –en ambas también fue intérprete-, La Raulito (1975), Cuarteles de invierno (1984). 

De extensa trayectoria, y radicado prácticamente en nuestro país, Rodolfo Onetto (1913-1983) supo acompañar a estrellas de primera línea, tanto en cine como en teatro y en televisión. Su filmografía se desarrolló entre 1942 y 1983. A modo de ejemplo citamos El amor nunca muere (1955), Una jaula no tiene secretos (1962), Deliciosamente amoral (1969), Las locuras del profesor (1979). En televisión realizó un ciclo que lo consagró junto a la actriz Miriam de Urquijo. 

Estados Unidos

En una mezcla idiomática entre yanqui y español, la rubia June Marlowe (1903-1984), tuvo su espacio y lo hizo en varias películas, algunas de las cuales fueron éxito de taquilla. Fue la mala en La modelo y la estrella (1939) y se volvió buena en Gente bien, al lado de Tito Lusiardo y Hugo del Carril (1939). Hizo de la compañera libertina de Hilda Sour en Casamiento en Buenos Aires (1940), y también actuó junto a Luis Sandrini en Peluquería de señoras (1941).

México

Una conocida rivalidad se dio entre este país y Argentina por ocupar el mercado latinoamericano en cuanto a la producción cinematográfica. Ambas naciones fueron polos por demás interesantes para la creación y el destaque de varias figuras tanto de un país como del otro. Por lo tanto, a lo largo del siglo XX se fue desarrollando un interesante intercambio que sirvió para que ambas industrias ampliaran sus horizontes y se posicionaran en el firmamento cinematográfico. 

Fue un galán que emocionó tanto a las damas de su país como a las argentinas, donde se impuso con películas inolvidables y que forman parte de iconografía fílmica de la historia del cine. Arturo de Córdova (1908-1973) conquistó a nuestro público con una película cumbre del cine argentino como fue Dios se lo pague (1947) junto a Zully Moreno, la cual fue elegida por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas para competir por una distinción como mejor película extranjera en los Premios Oscar.

Además de Moreno, trabajó con actrices de primera línea en el firmamento nacional en títulos tales como El conde de Montecristo (1941), Pasaporte a Río (1948), Yo no elegí mi vida y Fascinación, ambas de 1949. Actuó en Hollywood con mucho éxito también, siendo uno de los personajes en Por quién doblan las campanas (1941), basada en la novela de Ernest Hemingway y con dirección de Sam Wood.

Pedro Vargas (1906-1989) se destacó en Argentina por sus dotes de cantante. Con un registro de tenor fue el intérprete de los boleros más románticos de mediados del siglo XX. Si bien no tuvo una actuación destacada en cuanto a filmes en nuestro país, se lo recuerda por la intervención que tuviera en Cándida millonaria (1941) y su protagónico en A la Habana me voy (1950). 

También las coproducciones fueron muy efectivas a nivel de taquilla y de público. Esto sucedió con Miguel Aceves Mejía (1915-2006), más conocido como cantante en Argentina pero que supo interpretar películas que fueron muy bien recibidas por el público. Tal el caso de La despedida (1957) junto a Virginia Luque y Amor se dice cantando (1959), secundado por Julia Sandoval. 

Actriz de enorme trascendencia tanto en su país, como en Estados Unidos, Dolores del Rio (1904-1983) fue protagonista de recordadas películas en estos escenarios. En Argentina se destacó en el film Historia de una mala mujer (1947), bajo la dirección de Luis Saslavsky.

Dueña de una voz grave y particular, Elvira Ríos  (1913-1987) actuó siempre en el papel de cantante en co-producciones que tuvieron amplia repercusión. Tal el caso de Ven… mi corazón te llama (1942) junto a Elena Lucena y Tito Lusiardo, y El tango vuelve a París (1942) acompañando a Alberto Castillo.

 

Uruguay

Y cómo no tener en cuenta a nuestro vecino, cuna de refugiados durante la época de Rosas, lugar elegido por los afortunados para pasar sus vacaciones y compinche del tango tanto en las músicas como en las letras. No olvidemos que compartimos una de las canciones más bellas de nuestro repertorio canyengue como lo es La Cumparsita. 

Como en los casos anteriores, tomamos como ejemplo a cuatro glorias del estrellato cinematográfico que en distintos momentos, supieron conquistar y emocionar a la audiencia argentina. 

Galán si los hay, la figura de Santiago Arrieta (1897-1975) considerado una de los primeras estrellas del cine argentino, pues desarrolló una amplia labor escénica que comenzó con el inicio del cine sonoro y se prolongó por más de cincuenta años. Fue protagonista en varios de sus films tales como La ley que olvidaron (1937), Joven, viuda y estanciera (1941), fiel amigo en Historia del 900 (1948) –rol que ya había cumplido en Los muchachos de antes no usaban gomina (1937)-. Una de sus últimas actuaciones fue el gran papel que desarrolló en He nacido en Buenos Aires (1959), y que le valió el reconocimiento público por su extraordinaria labor.  

Dueño de una voz incomparable, Santiago Gómez Cou (1903-1984), fue un actor de carácter de amplia actuación en nuestro país. Tiene en su haber más de 60 películas siendo tanto un profundo enamorado como un déspota personaje. Si bien se lo caracteriza como actor dramático también supo desempeñarse en la comedia, con igual capacidad. Dada la cantidad de films que realizó, tomamos al azar algunos de ellos a modo de ejemplo como Los chicos crecen (1943), La amada inmóvil (1945), Arrabalera (1950), Marta Ferrari (1956), Quinto año nacional (1961), Asalto a la ciudad (1968), La noche del hurto (1976). 

Con una gran capacidad actoral Walter Vidarte (1931-2011), supo sobresalir por papeles dramáticos que lo destacaron entre el grupo de actores de los años 60 del nuevo cine argentino. Su primera actuación fue en Procesado 1040 (1958), a la que le siguieron varias películas tales como Tres veces Ana (1961), Los evadidos (1964) y El dependiente (1969) de Leonardo Favio, labor que le valió recibir el Cóndor de Plata en 1970. En 1974 se exilió en España, donde continuó su actividad hasta su fallecimiento. 

China Zorrilla (1922-2014)

Y si de figuras inolvidables se trata, China Zorrilla (1922-2014) está entre las primeras. Su actuación en Argentina se inició fílmicamente a fines de los años 60 y continuó por casi toda su vida profesional. Resulta muy difícil seleccionar películas de su amplia filmografía ya que es un referente indispensable de la cinematografía nacional y también del teatro. Su amplia formación actoral tanto en Europa como en su país natal, le permitió desempeñarse en cualquier papel que llegara a sus manos, con la misma destreza y talento en todos los roles que le tocó interpretar. Como sucinta enumeración mencionamos Un guapo del 900 (1971), Últimos días de la víctima (1982), Darse cuenta (1984), Esperando la carroza (1985), Cuatro caras para Victoria (1992), Besos en la frente (1996), Conversaciones con mamá (2004). 

De este modo, cerramos esta página dedicada a quienes supieron brindar todo su talento, afincandose muchos de ellos en este país, que les abrió sus brazos a modo de retribución por haber brindado su talento y trabajo con tanto fervor.  Esto es América…

 

 

 


Curso On Line

Descubre el curso On Line que ofrece La Lumiére Escuela sobre Historia del Cine Argentino dictado por Mónica Incorvaia. Podes encontrar más info haciendo click AQUÍ!


BIO. 

(*) Mónica S. Incorvaia es docente universitaria. Profesora titular en la Capacitación de Fotografía Documental (UBA-FFyL) que se dicta a su vez en el La Lumière. Docente del curso On Line de Historia del Cine Argentino de La Lumiére. Y profesora en la Universidad de Palermo en el área audiovisual .  

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Compartir